Del baúl (notas)


Lo indefinible

Aristóteles dice: “La definición es una enunciación que expresa la esencia de la cosa”. Copi y Cohen ilustran el problema entre lo que define y lo definido con una anécdota: cuando los sucesores de Platón en la Academia de Atenas se pusieron de acuerdo en la definición de “hombre” como un “bípedo sin plumas”, Diógenes desplumó un pollo y lo tiró por encima del muro de la Academia. Un bípedo desplumado estaba ante ellos, pero no era un hombre: el definiens era demasiado general. La leyenda dice que para acotarlo le agregaron al definiens la frase “con uñas anchas”.

Memorias no queridas



Nietzsche se quejaba de los filósofos que bajo el manto del gran pensamiento producen memorias “no queridas e inadvertidas”. El libro de Pablo da Silveira, Historias de filósofos, pone de cabeza al alemán y narra al humano dentro del filósofo. Y así: a Santo Tomás le recortan la mesa de trabajo por lo gordo que era, Hume logró que Kant despertara de su sueño dogmático y Wittgenstein (estudiante de ingeniería, soldado, homosexual, maestro, jardinero, arquitecto) muere de cáncer diciendo “esta vida ha sido maravillosa”. No está mal divulgarlo: la filosofía también es eso.

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